domingo, 5 de julio de 2015

Primera vista - Roberto Yamakata


Lady Jane descendió del carruaje en la calle principal. Los hombres bajaron la vista cómo si no observasen, aunque conscientes de su presencia. Por ser la elegante y bella heredera de su familia, el respeto. La habían enviado a los colegios más refinados, y se encontraba de regreso, en el pueblo de sus padres. Mientras entraba al edificio principal, se desató una batahola descomunal . Un joven grandote y forzudo arremetía en la entrada del saloon. Volaban barriles y mesas, se derrumbaban columnas. Interesada por un suceso que quebraba la rutina, preguntó que ocurría. Es el hijo de Jim, dijo uno. No tienen derecho a las aguas del arroyo, su hacienda muere. Pero la ley es la ley. Siguió observando mientras la conducían al interior. Sabía que acababa de conocer al padre de sus hijos, que escandalizaría al pueblo y que su madre lloraría bastante hasta que se le pasase.

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